El cáncer de colon es un tipo de cáncer que afecta al intestino grueso, la parte final del tubo digestivo. Es uno de los cánceres más frecuentes y puede tener graves consecuencias si no se detecta y se trata a tiempo. Por eso, es importante conocer los síntomas que pueden indicar la presencia de esta enfermedad y consultar al médico ante cualquier sospecha.
Los síntomas del cáncer de colon pueden variar según el tamaño y la localización del tumor, así como según la persona que lo padece. Sin embargo, hay algunos signos que pueden alertarnos de que algo no va bien en nuestro intestino y que debemos prestar atención. Estos son algunos de los más comunes:
- Sangre en las heces o en el papel higiénico. La sangre puede ser de color rojo brillante o rojo oscuro, y puede provenir de una hemorragia en el colon o en el recto. A veces, la sangre puede mezclarse con las heces y darles un aspecto alquitranado o negro. La sangre en las heces puede tener otras causas, como hemorroides, fisuras anales o diverticulitis, pero siempre debe ser motivo de consulta médica.
- Cambio en el hábito intestinal. Se puede producir un cambio en la frecuencia, la consistencia o la forma de las heces, como diarrea, estreñimiento, heces más delgadas o con moco. También se puede tener la sensación de que el intestino no se vacía por completo después de defecar o de que hay algo que obstruye el paso de las heces. Estos cambios pueden deberse a que el tumor altera el funcionamiento normal del intestino o lo comprime parcial o totalmente.
- Dolor o molestia abdominal. Se puede sentir dolor, calambres, gases, hinchazón o distensión en la zona baja del abdomen, especialmente después de comer o al defecar. El dolor puede ser intermitente o constante, y puede irradiarse a la espalda o a la ingle. El dolor abdominal puede tener muchas causas, como gastritis, úlcera, apendicitis o síndrome de intestino irritable, pero también puede ser un signo de cáncer de colon.
- Pérdida de peso inexplicable. Se puede perder peso sin hacer dieta ni ejercicio, o tener menos apetito que antes. Esto puede deberse a que el cáncer consume las calorías y los nutrientes del organismo, o a que provoca náuseas, vómitos o dificultad para tragar. La pérdida de peso también puede estar relacionada con otras enfermedades, como diabetes, hipertiroidismo o depresión, pero no debe ignorarse.
- Debilidad o fatiga. Se puede sentir más cansancio o mareos de lo habitual, o tener palidez, falta de aire o taquicardia. Esto puede deberse a que el cáncer provoca una pérdida de sangre que causa anemia, o a que afecta al sistema inmunitario y reduce las defensas del organismo. La debilidad o la fatiga también pueden tener otras causas, como estrés, insomnio o infecciones, pero pueden ser un indicio de cáncer de colon.
Muchas personas con cáncer de colon no tienen síntomas en las primeras etapas de la enfermedad, o los confunden con otras afecciones menos graves. Por eso, es fundamental realizar pruebas de detección periódicas, como la colonoscopia, que permiten identificar y extirpar los pólipos, que son lesiones benignas que pueden convertirse en cáncer con el tiempo. También es importante adoptar hábitos de vida saludables, como llevar una dieta equilibrada, rica en fibra y baja en grasas, hacer ejercicio regularmente, evitar el tabaco y el alcohol, y controlar el peso y la presión arterial. Si se detecta y se trata a tiempo, el cáncer de colon tiene un buen pronóstico y una alta tasa de supervivencia.