La leucemia es un tipo de cáncer que afecta los glóbulos blancos, que son las células que se encargan de combatir las infecciones y enfermedades en nuestro cuerpo. Es una enfermedad que puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más común en adultos mayores y niños. Los síntomas de la leucemia pueden variar dependiendo del tipo de la enfermedad, así como de la etapa en la que se encuentra. A continuación, se describen algunos de los signos más comunes de la leucemia:
Fatiga: La fatiga es uno de los síntomas más comunes de la leucemia. Las células sanguíneas son responsables de transportar oxígeno a los tejidos de nuestro cuerpo. Si los glóbulos blancos no funcionan correctamente, el cuerpo puede sentirse débil y cansado.
Fiebre y sudores nocturnos: Las personas con leucemia pueden experimentar fiebre sin ninguna causa aparente. Además, es común que experimenten sudores nocturnos excesivos, lo que puede resultar en una sensación de humedad en la ropa de cama.
Pérdida de peso sin razón aparente: La leucemia puede afectar el apetito de una persona y hacer que pierda peso sin razón aparente. También puede provocar una disminución en la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes adecuadamente.
Dolor en los huesos y las articulaciones: La leucemia puede afectar la producción de células sanguíneas en la médula ósea. Esto puede causar dolor en los huesos y las articulaciones, especialmente en el pecho y la espalda.
Hematomas y sangrado: Los glóbulos blancos ayudan a la coagulación de la sangre. Si no hay suficientes glóbulos blancos funcionales, una persona puede experimentar moretones y sangrado con facilidad. Esto puede incluir hematomas en la piel, sangrado de las encías y sangrado nasal.
Infecciones frecuentes: La leucemia puede debilitar el sistema inmunológico de una persona, lo que hace que sea más susceptible a infecciones. Las infecciones pueden ser frecuentes y de larga duración, incluso después de tomar antibióticos.
Hinchazón de los ganglios linfáticos: Los ganglios linfáticos están presentes en todo el cuerpo y ayudan a combatir las infecciones. Si hay células leucémicas presentes en el cuerpo, los ganglios linfáticos pueden inflamarse y volverse dolorosos.
En resumen, los signos de tener leucemia pueden variar, pero algunos de los síntomas más comunes incluyen fatiga, fiebre y sudores nocturnos, pérdida de peso sin razón aparente, dolor en los huesos y las articulaciones, hematomas y sangrado, infecciones frecuentes y hinchazón de los ganglios linfáticos. Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante que consultes a un médico para obtener un diagnóstico preciso. La detección temprana es clave para un tratamiento efectivo y una mejor calidad de vida.