Siempre he tenido la convicción de que ser mujer es un privilegio enorme, y ser madre una de las grandes virtudes y regalos que conlleva ese privilegio, en este caso teniendo una hija, una princesa.
Ser madre es descubrir cada día lo sorprendente que podemos ser, y todo lo que somos capaces de hacer que nunca pensamos que podíamos, es enfrentarse a un “nuevo ser” que nunca pensamos que existiera dentro de nosotras.
¡Felicidades tendrás una princesa!
En lo que el doctor pronuncia estas palabras, inmediatamente te imaginas a una hermosa princesa, llena de vestidos, lazos y todas esas hermosas cosas que seguramente le compraras y que te robará el corazón apenas la veas, sin embargo, también será esa que te robará la calma, el sueño, pero llenará de ternura tu vida.
Esa bebé se convertirá en un tu hermosa princesita, aun cuando no le guste el color rosa, ella, llegará con la capacidad de demostrarte lo mucho que puedes amarla, consentirla y te demostrará que en su genes está la capacidad de brillar con luz propia.
Notarás que puedes llorar y reír de la felicidad casi al mismo tiempo con solo verla realizar cualquier cosa por sí sola, descubrirás cuan tierna y cariñosa puede ser, aun sin habérselo enseñado.
Las niñas son de actividades versátiles, y de sentimientos cambiantes, un día puedes verla abrazando muy tiernamente a sus animales de peluche, y otro día puedes verla jugando con lodo o con la cara completamente llena de chocolate corriendo por toda la casa.
En un momento puede estar feliz, pero al otro te está poniendo ojitos tiernos para que le concedas lo que necesita. Cada día es una nueva faceta, en la que descubrirás que se parece tanto a ti, incluso cuando haga alguna travesura.
Y cuando menos lo pienses, la verás poniéndose tus zapatos, usando tu labial y queriendo ser igual de bella que mamá…
No importa que ciertas veces quiera pasar más tiempo junto a papá, pues, dicen que “las princesas son de papa y los príncipes de mamá” pero como figura femenina serás tú su ejemplo a seguir, su primera mejor amiga, confidente e imagen de inspiración.
”Una hija es al mismo tiempo una copia de su madre y una persona totalmente distinta y única”.
–Simone de Beauvoir–
Ser madre de una niña, consejos para disfrutar
Ser madre de una niña es algo maravilloso, te permite explorar una nueva forma de ser femenina y ser esa amiga que tu hija necesita, por lo que te damos algunos consejos para disfrutar al máximo el vínculo entre madre e hija:
Comparte el mayor tiempo que puedas con tu pequeña, hazle sentir que es importante, crea lindos recuerdos sin importar alguna fecha especial.
Permítele saber que puede confiar en ti, no la juzgues, evita que te vea como aquélla persona que simplemente la va a regañar.
Aconséjala, escúchala y ayúdala a solventar sus problemas.
Enséñale a expresarse con delicadeza y gentileza hacia los demás, sobre todo a ser buena consigo misma, y honesta contigo.
Enséñale valores, los peligros de la vida y como resolver cualquier cosa que le incomode.
Evita encerrarla en una burbuja, deja que viva y aprenda todo lo que debe saber de la vida.
No la críes para ser una princesa, críala para ser una mujer exitosa.
Articulo con fin de lectura y entretenimiento.