Los signos y síntomas más graves incluyen:
- Pérdida de peso.
- Diarrea nocturna.
- Sangrado rectal.
- Anemia por deficiencia de hierro.
- Vómitos inexplicables.
- Dificultad para tragar.
- Dolor persistente que no se alivia al expulsar gases o al defecar.
Se estima que la prevalencia de la intolerancia al gluten es de un caso por cada 71 entre los niños, y 1/357 en adultos. La intolerancia a la lactosa tiene rangos estimados de un 20-30% entre los niños y del 15-40% en personas adultas. Tanto la intolerancia a la lactosa como la intolerancia al gluten pueden conducir a un síndrome que lleva a nuestro cuerpo a no asimilar correctamente los nutrientes que obtenemos a través de la ingesta de alimentos.
La mala absorción de alimentos se llega a producir cuando nuestro aparato digestivo llega a perder la capacidad para poder asimilar algunos nutrientes.
«Esta falta puede generar problemas secundarios que depende del nutriente no asimilado», relata Zorrilla Ortúzar. Las causas que pueden llegar producir la malabsorción son «muchas y variadas», pero estas se pueden agrupar en tres importantes grupos:
· Enfermedades congénitas:
Son todas aquellas con las que nacemos y vienen heredadas por nuestra condición genética. En este grupo podemos llegar a encontrar desde malformaciones de nuestro aparato digestivo hasta las enfermedades hereditarias como la fibrosis quística que produce, entre otros problemas, un mal funcionamiento del páncreas.
· Enfermedades adquiridas:
es por desgracia el grupo más extenso y aquí se puede encontrar entidades como la enfermedad de Crohn, el sobrecrecimiento bacteriano o la enfermedad celiaca o mala absorción del gluten del adulto. Ciertas intolerancias alimenticias como la celiaquía (Intolerancia al Gluten) y la intolerancia a la lactosa pueden producir síndromes malabsortivos al dañar la mucosa del intestino.
· Problemas secundarios a tratamientos médicos:
algunos tratamientos farmacológicos y ciertas cirugías pueden llegar condicionar problemas mala absortivos; como un ejemplo, existen ciertas técnicas quirúrgicas llevadas a cabo para el tratamiento de la obesidad mórbida puede producir muy malabsorción de ciertas vitaminas o de minerales.
Los síntomas
Los casusas de la mala absorción se llegan a presentan con síntomas variados e inespecíficos como la distensión abdominal y el dolor de tipo cólico. «Pueden llegar a padecer diarrea repetitivas persistentes y cambios en el aspecto de las heces que pueden presentar moco o grasa (‘esteatorrea’). En la población infantil, además de todo , pueden llegar a producir retraso del crecimiento y en los adultos una pérdida de peso no justificada», agrega.
Así, a la hora de realizar el posible diagnóstico, el especialista explica que el primer paso a dar es una sospecha establecida: «En función, el médico probablemente pedirá una serie de varias pruebas entre las que se pueden llegar a realizar estudios endoscópicos del tubo digestivo para poder llegar a la toma de muestras, así como realizar análisis de sangre para determinar la presencia de determinados anticuerpos, como en el caso de la enfermedad de la mala absorción del gluten celiaca. En el caso de la intolerancia a la lactosa se puede solicitar un estudio de hidrógeno en aliento».
En los casos menos graves a una intolerancia, el doctor Zorrilla indica que el tratamiento se basa en retirar de la dieta los alimentos que contengan la sustancia objeto de intolerancia.
«En los casos secundarios a otros problemas, como una enfermedad inflamatoria intestinal o un sobrecrecimiento bacteriano, se llegan a corregir tratando la enfermedad de base. En algunos casos puede ser necesaria la suplementación de vitaminas u oligoelementos que no están siendo bien absorbidos».
En última instancia, recuerda que las complicaciones derivadas de un síndrome mal absortivo dependen de la carencia que produzcan y menciona que, por ejemplo, en casos de malabsorción del hierro o de vitaminas del grupo B podemos encontrar anemias o caída del pelo.
«Si estas carencias se llegan a producir durante el tiempo de un embarazo pueden llegar a tener un impacto importante sobre el desarrollo fetal, y si llega a pasar durante la infancia, en el desarrollo intelectual», concluye.
Muchas gracias por la nota informativa, es interesante.